Fatiga constante como síntoma: lo que debes saber sobre la deficiencia de hierro.
El hierro es necesario en el organismo porque forma parte de la hemoglobina, una proteína que se encarga de transportar el oxígeno desde los pulmones a todo el cuerpo y es la principal fuente de energía en el organismo. La hemoglobina se encuentra en los glóbulos rojos llamados eritrocitos, y son estos glóbulos los que transportan el oxígeno a los diferentes órganos y tejidos. Los niveles de hierro en el organismo se reflejan en una proteína llamada ferritina, que se almacena principalmente en las células del hígado.
En otras palabras, el hierro proporciona energía, vitalidad y un sistema inmunológico saludable. La necesidad de hierro aumenta con cualquier tipo de carga en el organismo, ya sea física (trabajo intenso, ejercicio) o fisiológica (embarazo, infecciones virales, enfermedades crónicas).
Si hay una deficiencia de hierro, el organismo priorizará proporcionar oxígeno a los órganos que más lo necesitan, como el cerebro. Esto significa que algunos músculos y tejidos no recibirán suficiente oxígeno y no funcionarán correctamente. Por lo tanto, niveles bajos de hierro pueden llevar a una disminución en los niveles de hemoglobina, lo que a su vez puede dar lugar a la anemia por deficiencia de hierro. Cuanto más tiempo permanezca el organismo en un estado de deficiencia, más pronunciados serán los síntomas.
La anemia es una afección en la que hay una cantidad insuficiente de glóbulos rojos y/o hemoglobina en el organismo. La anemia por deficiencia de hierro es la forma más común de anemia y es más frecuente en mujeres, especialmente durante el embarazo, según las recomendaciones clínicas.
¿Cómo se manifiesta la anemia por deficiencia de hierro?
- Fatiga intensa: es uno de los síntomas más comunes de la anemia. Cuando los niveles de hemoglobina son bajos, la sangre no puede transportar suficiente oxígeno a las células y tejidos, lo que lleva a la fatiga y debilidad.
- Palidez en la piel: la hemoglobina es responsable del color rosado o rojo de la piel. Cuando los niveles de hemoglobina son bajos, la piel puede volverse más pálida de lo normal, especialmente en la cara y en la parte interna de los párpados.
- Manos y pies fríos: la falta de oxígeno en los tejidos puede hacer que las extremidades, como las manos y los pies, se sientan frías.
- Dificultad para respirar: debido a que los músculos no reciben suficiente oxígeno, incluso una leve actividad física puede causar dificultad para respirar.
- Mareos: la falta de oxígeno en el cerebro puede llevar a mareos o desmayos.
- Infecciones frecuentes: la anemia por deficiencia de hierro puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que una persona sea más susceptible a infecciones.
¿La deficiencia de hierro lleva directamente al desarrollo de la anemia? En realidad, primero se desarrolla una deficiencia de hierro latente, que es un estado en el que los niveles de hemoglobina aún se mantienen dentro de la normalidad, pero las reservas de hierro en el hígado comienzan a agotarse. Si estas reservas de hierro no se reponen, esto puede llevar a una disminución en los niveles de hemoglobina y al desarrollo de la anemia por deficiencia de hierro.
A menudo, la deficiencia de hierro latente puede no manifestar síntomas notables. Solo un médico, a través de análisis de ferritina, puede identificarla. Sin embargo, incluso en ausencia de anemia, algunas personas pueden experimentar síntomas como malestar general, fatiga, somnolencia y disminución de la energía debido a la deficiencia de hierro latente.
Es importante cuidar de la salud y consultar a un médico a tiempo.